sábado, 27 de julio de 2013

Análisis de Castlevania Symphony of the Night



El juego que nos ocupa hoy es un grande entre los grandes. Una de las más brillantes y nacaradas perlas del catálogo de la queridísima primera Playstation. Estandarte y orgullo de una saga (para mi) venida a menos en los últimos años. Agarrad vuestros crucifijos porque estamos ante la mayor aventura de todas las que narran la cruenta y centenaria batalla entre el clan Belmont y el malvado Drácula.

Ficha:

Año: 1997
Desarrollador: Konami
Plataforma: Playstation (yo lo he jugado en Vita y algunas partes en PS3 pasando la partida)
Género: Plataformas

Gráficos: 8,5

Buena calidad gráfica. Sprites grandes y detallados, escenarios con varios niveles de profundidad y un gran grado de detalle. En el salto a Playstation, la saga Castlevania tomó la mejor de sus decisiones, manteniendo intactas las bases gráficas y apostando por la jugabilidad clásica (con matices) de la saga. Siempre he pensado que la tercera dimensión no le hace ningún bien a esta saga, por lo que opino que este capítulo es uno de los mejores Castlevania, a falta de probar muchos otros.

Es importante apuntar el grandísimo trabajo de diseño de niveles. Castlevania Symphony of the Night es el primero de la serie en apostar por un gran escenario abierto en el que moverte a tu libre antojo, por lo que el diseño de escenarios era especialmente importante. El trabajo en este sentido es espectacular. Desde los varios niveles de profundidad de casi todas las áreas visitables del castillo de Dracula hasta el buen gusto en el diseño de decorados y detalles, pasando por el tremendo reto de tener que hacer que todos los escenarios del juego sean jugables al revés (ya llegaremos).

En cuanto al diseño de personajes, he de admitir que derrocha calidad, gusto y esmero. Reconozco el trabajo, originalidad y tremendo gusto del diseñador. Sin embargo, he de decir que a mi no me gustan demasiado. Utiliza tonos muy ocres para las prendas y parece que todos sean hemofílicos, porque están muy blancuchos. En el caso de Alucard me parece genial, no así tanto en el de Richter y Maria. Aún así, reconozco que el diseño tiene calidad, aunque a mi no me guste especialmente. 

Digno de alabar la enorme cantidad de enemigos y lo trabajado de todos ellos. Apenas se utiliza el reciclado de sprites cambiándoles el color, lo cual es muy de agradecer. Mención especial para este apartado, sobretodo en el diseño de jefes, algunos enormes y muy bien ideados.


Sonido: 8,5

Una banda sonora que muchos jugadores recuerdan como una de las más grandes de todos los tiempos. Un trabajo intachable, digno de todo mi respeto y admiración. Grande, muy grande. Sin embargo, a mi no me parece tan grande como para darle el sobresaliente en este apartado. Lo primero porque en mi opinión abusa de los tonos grandilocuentes y demasiado orquestados, y lo segundo porque hay otros apartados sonoros donde Castlevania Symphony of the Night no brilla tanto.

Hablo, por ejemplo, del doblaje. Es cierto que el juego no centra su jugabilidad en la trama (que a pesar de original no deja de ser bastante sencillita y bebe bastante de Rondo of Blood), pero tanto la elección de talentos como su profesionalidad son más que cuestionables. Creo que no recuerdo una peor elección de doblador para el personaje principal desde el doblador de Kratos en España.

Los efectos sonoros se llevan un OK por mi parte, y poco más. Algunos efectos suenan casi como en NES cuando podrían haber aprovechado la fuerza del formato CD para imprimirles mucha más calidad y contundencia. Es cierto que algunos sonidos se vuelven icónicos en sagas muy consagradas y cambiarlos podría resultar en el enfado de los fans. Sin embargo, no creo que sea el caso de Castlevania, y sagas como Sonic han sabido adaptar su sonido de los anillos a los tiempos que corrían por aquél entonces sin cambios tan grandes como para ser criticables.

Jugabilidad: 9,5

El apartado principal de un plataformas de este estilo (mezclado con beat'em up de scroll lateral) es sin duda la jugabilidad, donde Symphony of the Night introduce algunos cambios que mejoran la ya de por si adictiva jugabilidad Castlevania, pero conservando sin duda su esencia y planteamiento básico. Doble mérito.

Castlevania Symphony of the Night apuesta por poner a Alucard (el hijo de Drácula que Trevor Belmont conoció en la tercera entrega) en el castillo de su padre, y sin más preámbulo dejarle a su libre albedrío para que lo explore de la manera que a él más le convenga. El juego es completamente libre en este aspecto. No apuesta por limitar al jugador más allá de con los sitios donde no puede llegar. Sitios muy altos requieren haber desbloqueado la forma de murciélago (acabando con el jefe de turno), sitios muy estrechos requieren que Alucard sea capaz de convertirse en niebla (de nuevo acabando con el jefe de turno), etc...





Con este planteamiento se logra una libertad casi total que el jugador agradece sin lugar a dudas, y que le sienta a la saga como un guante. Se introducen algunos "elementos RPG", muy entrecomillado por supuesto, que si no empezamos llamando a Symphony of the Night RPG y acabamos diciendo que Bioshock también lo es. Básicamente, puedes equipar items que suben los parámetros de fuerza, defensa, inteligencia, etc... Nada demasiado reseñable, pero que se agradece, ya que puedes personalizar (un poquito) a tu personaje. También se introduce el sistema de niveles, con los que Alucard incrementa permanentemente sus parámetros principales, además de su barra de vida (HP) y la cantidad máxima de corazones. Tengo que admitir que es un buen sistema, y aunque no me gustaría que nadie que no lo haya jugado se piense que es un RPG, es cierto que estos añadidos aportan variedad y dinamismo.

Pero el mayor y verdadero cambio en la jugabilidad es el castillo en si. La libertad que otorga y las ganas que dan de explorarlo. Un castillo elaborado con mucha lógica, manteniendo las primeras estancias como en las entregas clásicas y diversificándolo y magnificándolo a medida que memorizas sus rincones y adquieres habilidades para abrir caminos. El castillo es una verdadera delicia de recorrer, el verdadero protagonista del juego, muy por encima de los personajes, tremendamente estereotipados y previsibles. El verdadero alma de este Castlevania es el castillo. Un castillo que además adquiere una nueva dimensión cuando llegas al final y logras desbloquear el final "verdadero", haciendo que se cree un duplicado exacto del castillo, pero invertido, con todas las estancias del revés, boca abajo. Un rotundo diez para esta genial idea, que duplica literalmente el juego, y que pone de manifiesto lo que se comentaba arriba, el excelente diseño de niveles, que alcanza tal magnificencia que son plenamente jugables hasta del revés. Y esto puede parecer una tontería, pero lograr que todos los techos del juego se conviertan en suelo en un plataformas es algo que hay que estudiar muy bien para no dejar zonas inaccesibles. Y en ningún momento se nota "forzado", siempre el castillo mantiene su coherencia.


El juego ofrece un modo de juego extra al completarlo. El modo Richter, en el que manejamos al ya veterano héroe de "Rondo of Blood", Richter Belmont. Un modo en el que han convertido a Richter en un ninja capaz de hacer Shoryukens y volar por la pantalla cortándolo todo, además de utilizar el mítico látigo herencia de sus ancestros. Para mi, un modo "free roam" que no aporta nada y que es totalmente prescindible. Lo probé ayer y me niego a pasarme "eso". No tiene aire de Castlevania sino más bien de Shinobi, han convertido a Richter en algo que no era en "Rondo of Blood" y me parece un simple modo de juego con un personaje hipervitaminado para que te pases el juego en un suspiro. Además de que, por supuesto, el papel de Richter en la trama es muy diferente, y no pinta nada su misión en este modo.


Nota global: 8,83

El mejor Castlevania que he jugado, y he jugado casi todos. No he acabado ni la mitad, pero probarlos los he probado casi todos y ninguno se acerca siquiera a este. El juego es largo, divertido, completo y tremendamente adictivo. Su aire añejo, su fidelidad y devoción a sus raíces y su clara apuesta por la jugabilidad hacen que sienta cierta vergüenza de no haberlo probado hasta ahora. Imprescindible.


Lo mejor:

- El castillo, que es una gozada de recorrer y explorar.
- La genial idea de invertir el castillo, duplicando el juego e incrementando el reto.
- Implementar el sistema de niveles y equipo. Una gran idea que le sienta genial a esta saga.

Lo peor:

- El doblaje, que es bastante vergonzoso, aunque tampoco es que tenga muchas líneas de diálogo.
- Los efectos de sonido, aunque pasables, no están a la altura del conjunto.
- La historia es previsible y los personajes plenamente estereotipados.

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